Hace solo unos pocos días que Marisol Garmendia (Zaldibia, 1963) ha asumido la portavocía de los socialistas donostiarras en el Ayuntamiento, tras la marcha de Ernesto Gasco para trabajar a las órdenes del presidente Pedro Sánchez. Asegura tener «muchas ganas» de emprender esta nueva etapa pero no aclara si culminará con ella como candidata del PSE a la Alcaldía en 2023.
- ¿Cómo afronta este cambio de responsabilidad?
- Lo hago con muchísima ilusión, energía y con toda la ayuda del grupo municipal de los socialistas donostiarras. Me siento muy arropada y con muchas ganas.
- ¿El cambio ha sido inesperado o ya se veía venir?
- No ha sido una sorpresa total. Ernesto ha pasado a asumir unas altas responsabilidades junto al presidente Sánchez y de alguna manera estaba preparando la transición. Yo estaba de número dos y ahora ocupo la portavocía. Es un movimiento normal, que hay que afrontarlo con total naturalidad.
- Ernesto Gasco está ahora trabajando en la Moncloa y Denis Itxaso, otro socialista de San Sebastián, es el nuevo delegado del Gobierno en Euskadi. ¿Qué supone esto para la ciudad?
- Para los socialistas donostiarras es un orgullo tenerlos en tan altas responsabilidades. Seguro que nos van a ayudar mucho a defender los intereses de Donostia y a que el Gobierno central nos vea con especial cariño.
- ¿Facilitará ello que avancen proyectos que se retrasan, como el de la cárcel, u otros enquistados como el de los cuarteles de Loiola o la pasarela de Monpas?
- Hay algunos compromisos que ya están adquiridos por parte del Gobierno central, como es el traslado de la cárcel de Martutene. Qué duda cabe que contar con el respaldo de un delegado del Gobierno como Denis Itxaso será importante para engrasar negociaciones que no van a ser fáciles. Además, hay proyectos en marcha importantes para la ciudad, como es la llegada del TAV, que se ha demorado demasiado y que ahora desde el Ministerio de Transportes confiamos en que se les dé impulso. O a otro como el intercambiador de Riberas de Loiola. O a la pasarela de Monpas, que sería un magnífico remate de la línea de costa. La ciudad no se puede permitir el lujo de tener un proyecto así en el cajón.
- ¿Va a haber algún cambio ahora en las líneas estratégicas del grupo socialista para marcar perfil en el gobierno de coalición con el PNV?
- El grupo de los socialistas donostiarras tiene ya un perfil marcado en el gobierno de coalición. Muchos de los proyectos que se van a materializar en esta legislatura son proyectos socialistas, que tienen que ver con la recuperación de espacios públicos para los peatones, como el viaducto de Iztueta, la bulevarización de Loiola, la de Añorga o la ampliación del paseo de La Concha. También estamos aportando nuestra visión por una ciudad más sostenible y cohesionada, apostando también por la creación de empleo de calidad, por la igualdad de las mujeres y por una San Sebastián abierta, multilingüe y diversa.
- ¿Pero habrá alguna impronta suya en la estrategia política ahora que es la cabeza principal del grupo municipal?
- Cada persona es diferente. Ernesto Gasco es Ernesto Gasco y yo soy Marisol Garmendia. Cada uno con nuestras virtudes y nuestros defectos, pero lo que yo voy a hacer es volcarme, poner toda mi ilusión, energía y cercanía con los ciudadanos y ciudadanas para resolver sus problemas con eficacia. Teniendo claro cuáles son nuestros objetivos de ciudad.
- Sé que queda lejos pero, ¿aspira a ser la candidata a la Alcaldía por parte del PSE en 2023?
- Estoy a disposición del partido. Hay tres años y medio por delante y las decisiones se tomarán cuando se tomen.
- ¿Pero le gustaría optar a ser alcaldesa de la ciudad?
- Hombre, no voy a negar que ser la primera alcaldesa de Donostia me gustaría, como le gustaría a cualquier mujer donostiarra. Pero queda toda la legislatura.